Creo que eso fue lo que hizo que todo terminara como terminó. El hecho de que me fallaras me hartó, más de lo que te imaginas, pues sabías muy bien que tan sólo al pasar en un espeluznante segundo por mi vagante mente la idea de una nueva decepción, me desesperaba mientras se me ponía la piel de gallina, me recorría un escalofrío y los ojos se me inundaban de insulsas lágrimas.
Y sin embargo, lo hacías.
¿Qué se puede esperar de alguien así? Todavía no lo sé.
Espero poder llegar a responder esta incógnita pronto.
Espero que ese pronto llegue a ser una pequeña eternidad.
sábado, 19 de julio de 2008
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1 comentario:
O un gran instante...?
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