lunes, 30 de junio de 2008

Teatro

Me miras con los ojos brillando, con las pupilas cargadas de esperanza. Me miras con la mente llena de recuerdos, recuerdos que no sé si recuerdas, pero que una parte mía busca olvidar.

Trato de actuar normal a tu alrededor, pero esa normalidad hasta para ti es anormal. Debes entender, no soy demasiado buena cuando se trata de disimular. Claro que, al parecer, ya lo sabías, y es por eso que tratas de actuar normal conmigo también, sin saber que aquel brillo en tus ojos instantáneamente te delata, haciéndome la vida más difícil aún. Y es que como yo, tampoco eres un gran actor.

Te encuentro de imprevisto en una función. Si alguien te preguntara de qué trataba, de por qué reían o por qué lloraban, sé muy bien que no podrías formular respuesta alguna. Y es que, si que te dieras cuenta, cada vez que te miraba de reojo para ver si tú también lo hacías, me daba cuenta de que tu mirada se centraba fija e indisimuladamente en mí. Puede parecer poco modesto, lo sé, pero es que ese brillo en tus ojos no se asoma cuando miras a alguien más.

Luego de un tiempo, me veo obligada a saludarte. Sería, por supuesto, bastante extraño si no lo hiciera. Dentro mío, mi fría y cortés lógica indica que me aproxime a ti, mientras que mis cobardes emociones me ordenan alejarme, escapar, mantener una prudente cantidad de gente entre tú y yo, sin contar el evitar contacto visual de modo que no me sonroje más de lo que lo hago ahora.

Despacio, nuevamente te vas acercando. Vete. No quiero saber de ti. No quiero siquiera verte. Y, sobre todo, no quiero nada contigo. Sabes muy bien que por más que quieras, lo nuestro no daría resultado, en especial porque una de las partes no está interesada. Ni siquiera lo intentes, solo aléjate. No sabes cuánto quisiera decirte todo esto a la cara, y sin embargo, lo guardo todo para mí. Quizá no por mucho tiempo, pero lo hago de todos modos. La verdad es que odio eso de mí. Llego a ser bastante cobarde cuando se trata de decir cosas como éstas en la cara.

Haz como yo, actúa normal, tan sólo trata. Eventualmente será parte de ti, te acostumbrarás tanto disimular, aprenderás a ser tan buen actor que todo esto, lo que pasó y dejó de pasar entre nosotros, parecerá ficción y no dolerá más, y pasarás a recordarlo como el buen, duro y cruel teatro que fue para ambos durante tanto tiempo, y quizás, sólo quizás, llegaras a añorarlo algún día, pensando en tus horas de insomnio, tal como yo ahora, qué podría haber pasado si no te hubiese dicho todo esto.

2 comentarios:

Memo dijo...

Eudaimonia:

Una puesta en escena es mucho más que intentar fingir una realidad que es totalmente ajena a la nuestra.

Una buena puesta en escena es hacer nuestra esa realidad, para luego interpretarla según corra el tiempo.

Relatividad?

Son cuatro ojos viendo el caer de las hojas.

Son dos que las ven secas.

Y dos que las ven viejas.

Saludos

Anónimo dijo...

...vivir una mentira???...

Escapar de la realidad???...

...no enfrentarlo????...

no me convence