jueves, 15 de enero de 2009

Irónico

El minuto en que dejé de buscar, me encontraste. Y me encontré. Y te encontré.

Las ironías de la vida...

Blanco

Páginas, en blanco.
Mirada, fija en el espacio donde se pierde tu voz.
Manos, atadas, ante la impotencia de no poder hacer lo que me propongo hace días, sino semanas.
Pies, quietos, al fin, hartos de caminar.
Oídos, atentos, siempre, alertas a los pasos que te delatan al venir.
Nariz, sólo dispuesta a oler tu perfume y nada más.
Mente, llena de ti, que das vueltas dentro de ella, al borde de la locura al no poderte describir completamente. Es una tarea que no he podido completar, pese a que no me daré por vencida, no por ahora.
Lo cual nos lleva de vuelta a las páginas en blanco. Es que, verás, no hay palabras que te describan, ni describan el amor que siento por ti. Lo siento, pero quizás deban quedarse así.