jueves, 7 de agosto de 2008

...

Y es que era verdad.

Y no sé cómo lidiar con ella. Me dejaste con puntos suspensivos en la cabeza, con los labios partidos, los ojos abiertos y la piel de gallina. Por alguna extraña razón, me dejaste fría, y aún no estoy segura si es que es por la sorpresa, o por tu inesperada partida.
Y es que era verdad.

Y durante tanto tiempo la quise ocultar. No, no ocultar. Pongámoslo de otro modo. Quise ponerla en lo más profundo y lejano de mis memorias, no para olvidar, sino para evitar recordar. Quise, no olvidarte, sino evitar recordarte. Porque podrás ser, siempre, un recuerdo muy dulce, pero muy doloroso a la vez. Y pese a que el dolor ayuda a aprender, lo que viví esos instantes contigo quizás fue un error, pero en otro lugar, en otras circunstancias, lo volvería a repetir.

En otro lugar, en otras circunstancias...

Y es que es verdad.

Y salió a la luz, sabía que lo haría algún día, sólo que no pensé que ese día sería tan pronto.

Y ahora no sé cómo lidiar con ella.

Se acerca el momento de tener esa charla. Sigo con puntos suspensivos en la cabeza. Y aún así, sabes disimular tan bien...

Y seguirá siendo verdad, haga lo que haga, no se puede cambiar el pasado. El pasado queda escrito en el libro de la vida. No hay nada en el universo que lo pueda borrar.

1 comentario:

Memo dijo...

El concepto de Verdad es tan ambiguo como quienes la discuten...

O quienes la recuerdan.

Un saludo.

N.C.